Mejorar un mal día es posible, siempre y cuando se tomen en cuenta acciones para moverse del sitio que nos incomoda. Es decir, nada ocurre por arte de magia, sino que en muchas ocasiones, tenemos que realizar algunos movimientos de pensamiento, perspectiva o de estilo de vida para sentirnos mejor, incluso cuando parece que las cosas están fuera de nuestro control.

Sin embargo, no hay necesidad de abrumarse por esto, pues no todas las acciones a realizar para mejorar un mal día son complejas o demandantes; de hecho, algunas son muy sencillas y consisten en pequeñas modificaciones que hacen grandes diferencias en cómo nos sentimos, más allá de si el día parece ser negativo o difícil de navegar.

Por ejemplo, te levantas por la mañana y te das cuenta de que tu despertador no sonó, haciéndote llegar tarde al trabajo. Ahí, te encuentras con que tienes más pendientes de los que recordabas y que ya te están reclamando por no cumplirlos a tiempo. Encima, olvidaste tu almuerzo por salir con prisas… ¿cómo evitar sentirte frustrado y de mal humor por el resto del día?

La buena noticia es que existen claves para mejorar un mal día de forma sencilla, que han sido establecidas por la psicóloga Susan Albers.

Distingue la interpretación de los hechos

En una gran mayoría de ocasiones, basta con detenernos ante la sensación de malestar que tenemos y preguntarnos realmente qué sucedió para notar que las emociones pueden ser más grandes que los hechos. Por ejemplo, si te cruzaste con una persona en tu día que dijo algo que te molestó o hizo sentir incómodo, pregúntate por qué le estás dando tanta importancia a las palabras de alguien que no te conoce. Quizá activó en ti alguna inseguridad inconsciente o tal vez se sumó a otros problemas que ya cargabas, sin embargo, aislar cada estímulo negativo para analizarlo con profundidad ayudará a quitarles peso de encima y recuerda no engancharte con lo que la gente dice, pues la clave está en cómo reaccionas a ello. Lo demás no está bajo tu control.

Menos reacción, más acción

Cuando se nos presenta un problema o un reto, tendemos a reaccionar con coraje o malestar de inmediato, en vez de pensar en cómo podemos superar el obstáculo. Por eso, ante las problemáticas posibles de un mal día, es mejor aprender a realizar lo que sea que está pendiente o que necesitemos modificar en vez de quedarnos de mal humor por ello. Sí, darse un momento para sentir la emoción es importante, pero también lo es aprender a accionar a partir de ella y no quedarse estancado en el malestar.

Activa tus sentidos

De acuerdo con la psicología, una manera muy sencilla de mejorar un mal día es haciendo un cambio en la activación de los sentidos. Por ejemplo, si sientes mucho estrés, prende una vela aromática y disfruta de su olor, prepárate un té o date un baño de agua caliente y siente cómo se relaja tu cuerpo. Los olores, texturas, temperaturas y sabores pueden ayudarte a descansar y distraer tu mente de los pensamientos negativos.

Activa tu cuerpo

No solo los sentidos ayudan a distraer a la mente y reducir el malestar emocional de un mal día, también lo hace el ejercicio y la actividad física. Así, si recibiste una noticia que amenaza con arruinar el resto de tu tarde, puedes aprovechar para salir a correr o simplemente hacer unos estiramientos que te permitan conectar con tu cuerpo y reducir los niveles de estrés de forma veloz. Incluso, hay algunos ejercicios que puedes hacer dentro de la oficina, pues sabemos que esta suele ser una fuente de estrés.

Celebra los pequeños logros

Nada mejor para cambiar la perspectiva de un mal día que darte la oportunidad de celebrar algún logro, por pequeño que sea. Por ejemplo, reconoce algún triunfo reciente que hayas tenido o aprovecha para entrar en contacto con un ser querido y darle a tu corazón un apapacho. Esto te ayudará a liberar dopamina y reducir el estrés.

Fuente. gq.com