Los earworms son una forma de denominar coloquialmente a esos momentos en que el fragmento de una canción se repite en tu mente una y otra vez, de manera compulsiva, sin que sepas muy bien por qué. También conocidos en español como gusanos de oído, aunque en realidad responden a la denominación psicológica de involuntary musical imagery (INMI) y son estudiados por distintas ramas que sobrepasan los estudios de la mente, incluyendo también el análisis musical, social y neurocientífico. Te contamos más detalles sobre este curioso suceso.

¿Qué son los earworms?

En pocas palabras, los earworms ocurren cuando de la nada, nos encontramos repitiendo mentalmente el fragmento de alguna canción o melodía, típicamente de entre 15 y 30 segundos, durante algunos minutos o incluso por varios días; algo que muy probablemente te ha sucedido, no solo porque entraste a leer este texto, sino porque es un fenómeno que le ocurre a una gran mayoría de personas, en algunos casos de manera semanal y en otros, todos los días, según afirma un estudio de la Oklahoma State University.

¿Por qué ocurren?

En un informe, la Queensland University of Technology de Australia, reportó que la presencia de los earworms está vinculada con la activación de una zona específica del cerebro: la corteza auditiva. De esta forma, parece que las melodías entran a nuestro pensamiento de la nada, pues basta con que algún sonido que escuches, incluso sin darte cuenta, active esta zona del cerebro y, con ello, suene una tonada en tu mente, una y otra vez. Quizá incluso te provoque ganas de tararearla o de cantarla.

Por lo mismo, es más usual que las canciones que no podemos dejar de repetir mentalmente sean algunas que hemos escuchado en tiempos recientes, aunque también, está la posibilidad de activar este recuerdo sensorial mediante algunas palabras. Digamos, por ejemplo, que alguien dice la palabra “Madonna” y de pronto, en tu mente suena “Like a Virgin”, de forma reiterativa.

También se ha identificado que los earworms aparecen cuando una persona no está del todo concentrada en algo, es decir, cuando su mente divaga en actividades como cocinar, lavar platos, tomar un baño, caminar, etc. Esto quizá se debe a que en esos momentos tenemos más libre la mente para que se manifieste el poder de ese recuerdo que cuando estamos concentrados en alguna actividad en específico, lo cual también ocurre cuando queremos dejar de pensar en algo y para ello, nos mantenemos ocupados, pero en el momento en que tomamos un descanso del trabajo, azota ese pensamiento de nuevo.

¿Cómo lo aprovecha la industria musical?

Poder crear melodías que sean contagiosas (o como decimos en México, “pegajosas”) es una excelente estrategia para tener éxito comercial, pues entre más puedan entrar en la mente de las personas con una canción, más reproducciones conseguirán y poco a poco podrá elevarse al nivel de un éxito que no sale de la mente de la gente… literalmente.

Después de analizar varios casos, la teoría musical sugiere que las canciones que tienen tiempos rápidos o notas más largas son más contagiosas. Por ejemplo, la canción de Whitney Houston, “I Will Always Love You”, que casi todas las personas saben de memoria y pueden cantar sin haberla siquiera escuchado una vez en casa. Por otro lado, entre más seguido escuchamos una canción, más probable es que terminemos por repetirla internamente.

¿Cómo liberarse de los earworms?

A veces, repetir una canción mentalmente por varios minutos puede ser gracioso y no tener mucha importancia, pero en otros casos, la reiteración es tan prolongada que puede volverse realmente molesto y causar ansiedad y desesperación. La buena suerte, es que existen distintos métodos para borrar una canción que no te puedes sacar de la cabeza, como son escucharla de nuevo, pensar en algo diferente, centrar tu atención en algo que demande mucha concentración, escuchar otro tipo de música y, curiosamente, masticar chicle, ya que hacerlo puede interrumpir el patrón mental que te hace repetir un pensamiento de forma compulsiva.