Halo de salud: el engañoso efecto que debes evitar al elegir tus alimentos
Domingo, 3 de noviembre del 2024
Conocido como el halo de salud, este fenómeno nutricional y de marketing podría afectar la calidad de tu alimentación sin que te des cuenta. Después de todo, está diseñado precisamente para que no lo notes.
Y es que el término halo de salud hace referencia a aquella percepción que tiene una persona en torno a un producto alimenticio en el que se considera bueno para todas las personas o al menos mejor que otro, pero con base en una sola afirmación que no necesariamente es tan completa o profunda como debería serlo y que termina ejerciendo un poder sobre nuestras dietas y nuestras finanzas que ya no podemos identificar ni controlar.
Este fenómeno ocurre cuando dos productos alimenticios similares se ofertan con discursos distintos, haciendo que uno se sienta mejor para la salud que el otro. Por ejemplo, si hay dos barritas de granola con chocolate, pero una dice que aporta proteína, entonces será más probable que la gente la adquiera por encima de la que no anuncia esta característica, incluso si el producto es el mismo en el fondo. Otro caso sería, digamos, que se asuma que cualquier jugo de frutas es saludable, y ya por eso no se tome en cuenta si tiene exceso de azúcar o si su preparación incluye diversos conservadores.
En realidad, el término halo de salud proviene del equivalente “efecto halo” el cual se utiliza para denominar en psicología y antropología al fenómeno que ocurre cuando las personas asumen que alguien que tiene una apariencia atractiva es amable por naturaleza, siendo que no siempre debe ser así. De igual forma, el efecto halo ocurre cuando se presenta un sesgo cognitivo que asume que la primera impresión (positiva o negativa) de una persona ya determina otra serie de características sobre la misma que no necesariamente están relacionadas. Por ejemplo, conocemos a una persona que se muestra tímida en un primer momento y por eso asumimos que seguramente es de carácter débil, siendo que no tiene por qué ser el caso.
El halo de salud en la nutrición
En el caso específico de la nutrición, el halo de salud aplica cuando asumimos que un alimento es intrínsecamente bueno solo por una de sus varias características, anunciadas con la intención de hacerlo pasar por saludable, incluso si no es del todo cierto. Por ejemplo, términos como “orgánico” o “bajo en calorías” pueden generar este efecto, ocultando que existen otros problemas nutricionales incluso en alimentos que son bajos en calorías, por ejemplo, exceso de sodio o de azúcar, o asumiendo que todo lo orgánico es saludable, cuando no necesariamente es así.
Otro ejemplo es el de un estudio de 2016 publicado en el Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, el cual descubrió que era más probable que la gente pensara que las bolsas de papas fritas eran más sanas y las comprara cuando estaban “fortificadas con vitaminas”, incluso cuando eran peores decisiones dietéticas.
Por lo mismo, es sumamente importante prestar atención a los etiquetados de los alimentos, en los cuales, por ley, se señala si contiene en exceso algún ingrediente perjudicial para la salud, incluso si su promoción se pinta como saludable. Un caso muy claro de esto que puedes ver en cualquier supermercado es el de las barritas y cereales, que pueden aparentar ser muy saludables y un snack ideal para cuidar la dieta, pero que a un segundo vistazo ya advierten sobre sus riesgos a la salud, como un contenido alto de azúcar o de grasas saturadas.
Al final de cuentas, para vencer al halo de salud hay que saber cuestionar y profundizar en los productos que se compran y consumen más allá del marketing que los acompaña, para tomar decisiones conscientes y cuidar la salud del cuerpo como prioridad.
Fuente. gq.com