La comida chatarra ha sido parte de nuestro consumo alimenticio de forma cotidiana desde hace muchos años. Y es que, aunque en diversas ocasiones se han advertido sus riesgos y efectos negativos para la salud, como exceso de sodio, grasas saturadas, azúcares, etc. su oferta de sabor y de satisfacción ha logrado vencer a las campañas de nutrición, manteniendo la fidelidad de sus clientes, quienes buscan disfrutar de sus intensos sabores, texturas y presentaciones, al grado de desarrollar un nivel de adicción a los mismos que les provoca fuertes antojos de comida chatarra.

No obstante, el panorama parece estar cambiando poco a poco para esta consagrada industria de la comida chatarra. Sobre todo, con la presencia y difusión de los medicamentos para bajar de peso, como el famoso Ozempic, originalmente empleado en el tratamiento de enfermedades como la diabetes y ahora popularizado para bajar de peso, reducir el hambre y eliminar antojos. Y es precisamente este último efecto de los medicamentos para bajar de peso el que está afectando directamente a la industria de la comida chatarra.

¿Cómo funcionan los medicamentos para bajar de peso?

Ozempic, Rybelsus, Wegovy, Zepbound y otros fármacos similares funcionan al imitar una hormona natural llamada péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), la cual ralentiza la digestión y envía señales de saciedad al cerebro. Así, las personas que consumen estos medicamentos reportan sentir menos hambre y menos antojos, por lo que comienzan a bajar de peso sin necesidad de padecer el sacrificio de un antojo difícil de controlar.

Esto ha abonado significativamente en su popularidad. En México, se calcula que alrededor del 15% de la población aprovecha este tipo de medicamentos, mientras que en Estados Unidos, el número de usuarios alcanza la cifra de 1 de cada 8 adultos, de acuerdo con una encuesta de la Kaiser Family Foundation.

Incluso, la disminución de antojos de los medicamentos para bajar de peso puede beneficiar otras áreas de la salud, pues al parecer, también hacen que la cocaína, el alcohol y los cigarros sean más fáciles de resistir, y aunque la investigación se encuentra en fase temprana, también se cree que pueden reducir el riesgo de presentar enfermedades como derrames cerebrales y enfermedades cardíacas y renales hasta el alzhéimer y el párkinson.

Curiosamente, no solamente los vicios más conocidos son afectados por este efecto de los medicamentos, sino que también la comida chatarra ha presentado una disminución importante en sus cifras de ventas.

Efectos en la comida chatarra

De acuerdo con The New York Times, la reducción en consumo de comida chatarra de la población actual está preocupando a la industria. Tan es así, que finales del año pasado, Lars Fruergaard Jorgensen, director ejecutivo de Novo Nordisk, que fabrica Ozempic y Wegovy, declaró a Bloomberg que ejecutivos de la industria alimentaria le habían estado llamando, preocupados porque el sector está viviendo una recesión en sus ventas, sobre todo, en productos dulces horneados y tentempiés. De hecho, la innovación en alimentos y bebidas alcanzó en 2024 su punto más bajo, con menos productos nuevos en el mercado que nunca.

Esto se debe a que los usuarios de los medicamentos para bajar de peso no solo comen menos, sino que comen diferente, y el antojo por comida chatarra termina por anularse con este tipo de fármacos.

Fuente. gq.com