Posadas navideñas: qué son, cómo se hacen, qué significan y más

Miércoles, 4 de diciembre del 2024

 

Descubre lo que hay detrás de esta popular tradición decembrina.

Para algunos latinos, las posadas navideñas forman parte esencial de las celebraciones de la temporada. Así como cenar con la familia el 24 de diciembre y entregar regalos a la mañana siguiente, cantar la Letanía y romper la piñata es uno de los momentos más esperados del año.

 

Esta tradición de origen mexicano que tomó un giro católico en la época colonial se ha extendido a otros países de Centro y Latinoamérica, como Guatemala, Colombia, Ecuador y Venezuela. Hoy en día, se celebra en muchas partes del mundo, aunque se ha tergiversado con el paso de los años.

 

Si apenas estás empezando a celebrar las posadas navideñas, necesitas saber exactamente de qué se tratan para mantener la esencia de la costumbre y seguir extendiendo su legado a las siguientes generaciones.

¿Qué son las posadas navideñas?

Cuando la Navidad está a nueve días de llegar, se realiza una representación de las veces en que José y María tocaron a la puerta de otras personas en Belén en busca de posada (asilo), pues ella estaba a punto de dar a luz a su hijo, el niño Jesús. Sin embargo, no lo lograron, así que el bebé nació en un pesebre junto a animales de granja.

 

A este recorrido se le conoce como ‘peregrinaje’ y se recrea para reimaginar la historia cambiando su final a que sí fueron recibidos. Cada timbre va acompañado de una Letanía que recuerda su historia a través de un canto.

 

Letra de la Letanía de las posadas navideñas

Peregrinos:

En nombre del cielo

pedimos posada,

pues no puede andar

mi esposa amada.

 

Anfitriones:

Aquí no es mesón

sigan adelante

yo no debo abrir

no sea algún tunante.

 

Peregrinos:

No seas inhumano

tennos caridad,

el Dios de los cielos

te lo premiará.

 

Anfitriones:

Ya se pueden ir

y no molestar,

porque si me enfado

os voy a apalear.

 

Peregrinos:

Venimos rendidos

desde Nazareth

Yo soy carpintero

de nombre José.

 

Anfitriones:

No me importa el nombre,

déjenme dormir,

pues que yo les digo

que no hemos de abrir.

 

Peregrinos:

Posada te pide

amado casero,

por sólo una noche

la reina del cielo.

 

Anfitriones:

Pues si es una reina

quien lo solicita

¿cómo es que de noche

anda tan solita?

 

Peregrinos:

Mi esposa es María

es reina del cielo,

y madre va ser

del Divino Verbo.

 

Anfitriones:

¿Eres tú José?

¿Tu esposa es María?

Entren, peregrinos,

no los conocía.

 

Peregrinos:

Dios pague señores

vuestra caridad,

y que os colme el cielo

de felicidad.

 

Anfitriones:

¡Dichosa la casa

que alberga este día

a la virgen pura,

la hermosa María!

 

Cuando abran la puerta todos cantan

Entren santos peregrinos, peregrinos,

reciban este rincón

que aunque es pobre la morada, la morada,

os la doy de corazón.

 

En la última casa, los anfitriones reciben a los paganos y les ofrecen bebidas y frutas de temporada conocidas como ‘colaciones'. Finalmente, se cuelga una piñata de siete picos llena de más colaciones y todos los asistentes forman una fila para pegarle con un palo de madera y los ojos bendados mientras cantan una porra hasta romperla; cuando esto sucede, corren al suelo para recolectar cuanto relleno puedan.

 

Canto para romper la piñata de las posadas navideñas

Dale, dale, dale, no pierdas el tino

 

Porque si lo pierdes, pierdes el camino

 

Ya le diste uno, ya le diste dos

 

Ya le diste tres y tu tiempo se acabó

¿Cuándo son las posadas navideñas?

Para celebrar la tradición completa, se deben realizar nueve posadas, no solo para representar el largo camino de más de una semana que recorrieron José y María, sino también porque cada una simboliza algo especial.

 

16 de diciembre – humildad

17 de diciembre – fortaleza

18 de diciembre – desapego

19 de diciembre – caridad

20 de diciembre – confianza

21 de diciembre – justicia

22 de diciembre – pureza

23 de diciembre – alegría

24 de diciembre – generosidad

 

¿Cuál es el significado de las posadas navideñas?

Aunque hoy en día está íntimamente ligada al catolicismo, el origen de esta celebración es más bien azteca y se llevaba a cabo como parte del festival Panquetzaliztli que celebraba a Huitzilopochtli, Dios de la Guerra, durante el décimo quinto mes de su calendario a lo largo de nueve días.

 

Cuando los españoles llegaron a América, se apropiaron de la tradición indígena y la adecuaron a la religión católica. Cambiaron desde las figuras centrales, hasta la trama. También introdujeron las piñatas de siete picos para representar los siete pecados capitales que son decoradas de manera atractiva como alusión a la tentación que produce pecar; los asistentes deben romperla con los ojos bendados para demostrar que la fe es la única arma para rechazarlos y, quien logre hacerlo, es recompensado con alimento por el propio Dios.

 

Fuente: glamour.mx

 

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