Todos tenemos creencias limitantes, algunas más grandes y algunas más pequeñas, y el problema de ellas es que se pueden convertir en grandes frenos o en obstáculos para hacer las cosas que queremos, para tomar riesgos, para crecer y para lograr nuestras metas y objetivos.

Cuando se trata de éxito o de lograr cosas, la manera en la que pensamos y percibimos al mundo pueden afectar el resultado. La negatividad y los miedos pueden pesar más que las ganas de hacer cosas, e incluso pueden llegar a convencernos de que no podemos hacer eso que queremos y de que no tenemos las habilidades necesarias.

Las creencias limitantes son distintas a cosas como el Síndrome del Impostor, pero también pueden ser un problema que afecta el desempeño, el proceso de crecimiento y la manera en la que trabajamos para llegar a esa metas que nos planteamos.

¿Qué son las creencias limitantes?

Las creencias limitantes (que son enemigas de la mentalidad de crecimiento) son un tipo de pensamientos negativos, donde piensas que existen ciertos límites que no tienes la capacidad de superar, o que te hacen pensar que no puedes lograr ciertas cosas o tener el crecimiento que quieres.

“Una creencia limitante es un pensamiento o un estado mental que crees que es la verdad absoluta y te impide hacer ciertas cosas… Crean autoconciencia que le impide perseguir sus sueños, formar relaciones saludables con las personas y crear cambios en cualquier área de su vida”, dice Better Up. Por ejemplo, tus creencias limitantes pueden hacerte pensar que no puedes correr un maratón, así que te lo crees y te convences a ti mismo de que no puedes, y por eso ni siquiera llegas a hacer el intento o a empezar a entrenar para demostrar que si puedes.

Son pensamientos que hacen que nos mantengamos en esa “zona de confort” que se puede sentir cómoda y familiar, pero que no nos permite avanzar, y pueden ser una especie de mecanismo de tu cerebro que busca protegerte de malas experiencias, de fracasos o rechazos.

¿De dónde vienen exactamente? Better Up explica que pueden ser una “herencia” conectada con las creencias y valores de la familia en la que creciste, pueden ser el resultado de tus experiencias de vida o de la educación que recibiste y de las personas que la impartieron.

¿Cómo combatir las creencias limitantes?

De acuerdo con Harvard Business Review, el lado positivo de esto es que las creencias limitantes se pueden combatir con una técnica psicológica que tiene el apoyo de 20 años de estudios al respecto. Esta se llama Functional Imagery Training o Entrenamiento de imágenes funcionales.

“FIT aprovecha el poder de las imágenes multisensoriales para aprovechar nuestras motivaciones, permitiéndonos imaginar vívidamente el futuro con luz positiva. Las imágenes multisensoriales son imágenes creadas en nuestra mente que involucran varios sentidos fisiológicos como el olor, el tacto, el gusto, etc. Podemos usarlas para anular nuestros pensamientos automáticos y evitar decisiones de auto-sabotaje al reemplazar los pensamientos negativos con imágenes de nuestros futuros ideales”, dice HBR.

En términos simples, consiste en usar tu imaginación para visualizar las acciones que quieres realizar y el futuro al que quieres llegar, desde una perspectiva más positiva.

“Aquí hay un pequeño ejemplo de cómo funciona el ajuste: en lugar de simplemente tratar de convencerte de ir a correr (porque debes hacer ejercicio) en una mañana fría y lluviosa cuando prefieres dormir, imagina salir y escuchar el patrón de la lluvia, sintiendo la brisa fresca en tu rostro, el sonido de tus pasos que golpean el pavimento, tus músculos funcionan mientras corres y lo bueno y energizante que se siente una vez que hayas terminado. Imagina la recompensa de una ducha cálida después mientras disfrutas de endorfinas inducidas por el ejercicio. Esa sensación de logro hace que sea mucho más difícil golpear la siesta”, explica HBR.

Para ponerlo en práctica, Harvard Business Review recomienda:

• Pensar sobre tus valores: intenta descubrir cuáles son tus valores principales y descubrir los 5 más importantes, para que puedas establecer prioridades y entender qué debes hacer para llegar a tu meta.

• Desarrolla tus sentidos: Harvard dice que, cuando usas tus sentidos, es más fácil usar la imaginación para pensar de forma positiva sobre el futuro que buscas alcanzar.

• Plantéate el mejor escenario: en lugar de pensar primero en lo peor que puede pasar, en las cosas que pueden salir mal o en los posibles fracasos, enfócate en los escenarios positivos y en las cosas buenas que pueden pasar si aceptas este reto, si tomas el nuevo trabajo o si tomas acción para llegar a la meta.

• Busca una señal: “una señal puede estar respirando profundamente o tocando la muñeca tres veces. Incluso podría ser una frase”, de Harvard. La idea es que sea una acción pequeña que te ayude a frenar esos pensamientos negativos.

Fuente. gq.com