Domingo, 6 de abril del 2025
La vida de Meghan Markle ha dado un giro de 180º en los últimos años. No solo dejó de lado sus obligaciones como royal y su vida en Reino Unido para mudarse a California y firmar un suculento contrato con una plataforma audiovisual. Ahora, también explota su faceta como empresaria con su propio negocio de lifestyle, As Ever, en el que vende mermeladas y recetas para hacer cookies, pero también sus cremas favoritas y los looks que luce en sus apariciones en su último documental para Netflix.
Este cambio profesional de Meghan (de miembro de la realeza a empresaria) también ha ido acompañado de un notable cambio en su armario. En su época de royal, Meghan no dudaba en lucir prendas estampadas, tonos llamativos como el verde y firmas como Givenchy, Victoria Beckham o Emilia Wickstead. Pero su marcha a Estados Unidos cambió su forma de ver la moda: comenzó a apostar por prendas atemporales, en colores neutros, de marcas que apuestan por la sostenibilidad, ya sean del mercado del lujo o de precios más contenidos, muchas de ellas norteamericanas. Meghan se sumó de lleno al lujo sostenible que arrasaban entre las celebrities y royals como la princesa Charlène de Mónaco.
En las últimas semanas, Meghan Markle ha estado especialmente activa en las redes sociales por el lanzamiento de As Ever, su último proyecto. Y no ha dejado de sorprender que prácticamente toda la totalidad de sus looks hayan estado teñidos de blanco.
Parece que la duquesa de Sussex ha llevado al extremo su apuesta por el minimalismo y los tonos neutros: es raro verla con algún estampado (salvo el vestido de flores a juego con sus recetas que hemos podido ver en su documental) y los colores claros son sus favoritos. A la hora de vestir, el blanco simboliza la renovación y la simplicidad, y ambas tienen mucho que ver con lo que quiere mostrar con su nuevo proyecto: que es una mujer renovada, capaz de dejar atrás una etapa que no la satisfacía. Además, su nuevo proyecto es una clara apuesta por la simplicidad. En su documental, Meghan no se cansa de repetir que los pequeños detalles y las cosas más simples son las que marcan la diferencia.
Por tanto, todo apunta a que Meghan Markle ha querido cuidar cada aspecto de su nueva puesta en escena como empresaria, y el color blanco es su decidida apuesta para transmitir todos esos valores que quiere que rodeen a su marca: la frescura, la sencillez, la paz y la elegancia.
Fuente: harpersbazaar.com