Viernes, 13 de junio del 2025
La franqueza y ser sincera siempre ha sido algo positivo. Decir lo que pensamos sin rodeos nos hace sentir seguras, auténticas y fieles a nosotras mismas. Pero, ¿qué pasa cuando esa franqueza empieza a lastimar a los demás? ¿Dónde está la línea entre ser honesta y ser cruel sin darnos cuenta?
La empatía es clave en cualquier conversación. No se trata de suavizar la verdad o de decir lo que la otra persona quiere escuchar, sino de encontrar la manera adecuada de expresarnos sin hacer daño. Un estudio publicado en Emotion Review explica que la empatía nos ayuda a modular nuestras palabras según el contexto y la persona con la que hablamos. Es decir, ser directas está bien, pero ser directas sin considerar los sentimientos de los demás puede volverse un problema.
¿La franqueza sin filtro o insensibilidad? Estos dicen los expertos?
La psicóloga Patric Gagne menciona que muchas veces confundimos la franqueza sin filtro con una virtud, cuando en realidad puede ser una forma disfrazada de insensibilidad. Según ella, algunas personas creen que decir "las cosas como son" las hace más fuertes o seguras, pero en realidad pueden estar ignorando el impacto de sus palabras en los demás.
Además, un artículo publicado en El País destaca que nuestro cerebro no está diseñado para empatizar con muchas personas al mismo tiempo. Por eso, en situaciones en las que estamos concentradas en nuestro propio punto de vista, podemos perder de vista lo que siente la otra persona. Esto explica por qué, a veces, en nuestra intención de ser honestas, terminamos sonando frías o hasta agresivas sin darnos cuenta.
¿Cómo practicar la franqueza sin dañar a los demás?
Entonces, ¿cómo podemos ser sinceras sin dejar de lado la empatía? Aquí van algunos consejos:
- Piensa antes de hablar: ¿Tus palabras suman o solo van a lastimar? La sinceridad no debería ser sinónimo de rudeza.
- Elige el momento y el tono adecuados: No es lo mismo hablar de un tema delicado en privado que soltarlo en medio de una reunión.
- Escucha antes de responder: A veces, más que una opinión brutalmente honesta, la otra persona solo necesita ser comprendida.
- Haz preguntas en lugar de afirmaciones tajantes: Un "¿has considerado esta otra perspectiva?" puede ser más útil que un "eso que hiciste está mal".
Ser auténticas es fundamental, pero nunca a costa de los sentimientos de los demás. Porque al final, la verdadera fortaleza no está en decir todo sin filtros, sino en saber cómo y cuándo decirlo.
Fuente: planoinformativo.com