Un tropezón recibió a Tim Burton ayer en su visita a la Ciudad de México, donde un día antes ya se había tomado el tiempo de conocer Xochimilco. Ahora, para amanecer, llegó con un fuerte operativo de seguridad al Panteón de Dolores, ubicado al poniente de la capital, donde a las 11 de la mañana el rocío se podía apreciar en el pasto, el olor a tierra mojada podía sentirse y se levantaba una leve neblina por encima de los árboles de la cuarta sección del Bosque de Chapultepec, escena digna de una película del propio cineasta.
Fue en una esquina, un rincón al fondo del Panteón Civil (mismo en el que descansan figuras como Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Dolores del Río y Agustín Lara), donde Tim Burton bajó de su camioneta y caminó entre las tumbas y el lodo, sin perder el ánimo ni la sonrisa en el rostro. Descendió por el camino resbaladizo, donde casi cae, hasta la puerta de una capilla amarilla que se iluminaba con un color rojo intenso. Ahí se detuvo, posó para las fotografías, saludó enviando besos y compartió el porqué dar una charla en un sitio como el descrito.
"Un cementerio es un lugar muy satisfactorio. Quizá a muchos les pueda parecer terrible o pueda causarles hasta miedo, pero es un sitio de mucha reflexión, donde las ideas pueden correr con facilidad. Es incluso muy apacible, hace muy fuerte a la creatividad. Surge la imaginación en un lugar como éste, muy muy espiritual”, dijo para el público presente.
Luego se dispuso a tomar asiento debajo de los árboles que formaban una especie de cueva natural, por donde, sin embargo, comenzaba a sentirse la lluvia.
"No me importa la lluvia, es refrescante. ¿Ustedes están cómodos?”, preguntó a la audiencia Burton, y todos respondieron que sí, emocionados porque el cineasta los tomara en cuenta desde el primer momento. El cojín de su asiento lo incomodó y prefirió lanzarlo, para que un suertudo lo tomara y ahora pueda presumir que lo recibió de manos del cineasta que ha hecho clásicos como Charlie y la fábrica de chocolate y El extraño mundo de Jack".
Una vez en su silla amaderada, Burton comenzó a reflexionar y a compartir, de la forma más honesta, sus conocimientos, comenzando por relacionar a sus personajes con el espacio en el que se encontraba.
"Hacer cosas que pueden parecer extrañas no tiene por qué dar miedo. Al contrario, eso que se sale de lo común muchas veces representa mejor lo que sentimos, genera emociones y sentimientos que no siempre son cercanos al terror. Los monstruos son los seres con los que más podemos identificarnos, porque tienen tantos matices. Por eso es que me gusta retratarlos. Siempre es con quienes más podemos encontrar similitudes, son seres imperfectos”, reveló el director.
Y profundizó explicando cómo imaginó personajes como Beetlejuice o adaptó a otros, como Batman, a su propio estilo.
"Creo que todos los personajes se presentan de maneras diferentes. Algunos se muestran y surgen de una idea o un concepto. Otros tienes que buscarlos, perseguirlos, se enredan y se van transformando. En muchos no sabía lo que buscaba, pero se terminan consumando de una manera muy natural. Lo mejor es cuando puedes poner algo tuyo, una emoción, una percepción de tu intelecto en un personaje. De esa manera, creo que puede conectar con más personas, pero pocas veces ocurre intencionalmente”, reflexionó."
Reconoció, además, que muchas de sus películas, diálogos o momentos dramáticos de algún personaje están estrechamente vinculados a sus propias experiencias de vida.
"Todos los monstruos son simbólicos, representan distintos sentimientos que tenemos dentro. Si la gente se identifica, yo también. Cuando salen de mí, muchas veces, para mí, es un proceso sanador, como cuando necesitas sacarte de tu sistema alguna vivencia atorada. Es un ejercicio emocional muy importante”, explicó.
Mientras Burton charlaba, la conductora (quien le hacía las preguntas que el público y la prensa habían enviado previamente) comenzó a incomodarse por la lluvia que apretaba. Pero Burton permaneció sin dudar un solo momento. “Es para refrescarnos”, insistió. “Además, tiene dos días que no me baño”, dijo entre risas. Por lo que a la presentadora no le quedó más remedio que soportar, e incluso cuando a ella le dieron un paraguas. Burton prefirió permanecer sin él.
Ese mismo desenfado lo expresó en su siguiente intervención, cuando también explicó que todo su éxito no se debía sólo a sus ideas materializadas.
"Desde que hacía mis primeros filmes cortos, recuerdo gente que siempre me apoyó. Cuando apoyas a alguien, y alguien te apoya a ti en un proyecto, y se dan cuenta de lo que pueden lograr juntos, es una de las experiencias más hermosas. Además, siento que soy un suertudo de que mis películas tengan tantos fans. Eso es gracias a un gran soporte que me ha dado un gran equipo. Siempre he tenido el respaldo de mucha gente, sin los cuales no sería posible”, dijo.
Antes de despedirse, habló de lo que siente cuando visita México y, en general, todo Latinoamérica.
"Siento la cultura, siento que me gusta mucho. No sólo en México, que ya es mi segunda casa, sino en toda América. Es muy diversa, y no diría que me inspiro cuando vengo aquí, pero en realidad nunca se sabe de dónde puede venir una idea nueva. Así que, sí, indirectamente, todas mis vivencias están en mis películas”, contó.
Para que los fans conozcan más respecto a sus procesos, el cineasta trajo consigo esta vez a México El Laberinto de Tim Burton, exposición que se compone de 71 figuras y 155 obras de arte enmarcadas, además de las 55 obras de arte digital que, según adelantó el propio director, mostrarán sus métodos creativos de forma más directa.
"Cada sala es como una parte de mi mente, de mi imaginación. Ahí podrán ver gran parte de mi proceso creativo”, contó.
Antes de despedirse una fanática le hizo entrega por medio de la conductora de la masterclass un charro de colores oscuros, a lo que Burton respondió levantándose sin dudarlo para agradecerle personalmente fundiéndose en un abrazo ante el aplauso de su gente. “Gracias, gracias de verdad”, se despidió.
Fuente: excelsior.com.mx