Lunes, 8 de septiembre del 2025
Si eres de las personas a las que les gusta tomar vino tinto, esta interrogante seguramente te ha pasado por la cabeza más de una vez. ¿Es bueno para la salud? Según el cine europeo, es un elemento básico de la dieta, así que aquí estás, terminándote una botella de Merlot sin sentirte culpable. No causa daño, no hay ningún problema, ¿verdad?
Lamentamos desilusionarte, pero eso simplemente no es cierto. La idea de que el vino tinto tiene efectos beneficiosos para la salud, sobre todo para el corazón, ha sido cuestionada por la medicina moderna y las investigaciones científicas. El concepto anterior se remonta a la paradoja francesa, un término acuñado a finales de la década de 1980, que defiende la idea de que las bajas tasas de enfermedades cardíacas entre los franceses se debían a su afición por el vino, a pesar de su gusto por el queso y otros alimentos grasos.
Este argumento cobró importancia con el descubrimiento de los polifenoles, compuestos vegetales beneficiosos para la salud cardíaca, presentes en la piel de las uvas rojas y moradas. Además, la práctica de la dieta mediterránea, que ha demostrado prevenir los infartos y los accidentes cerebrovasculares, también incluye el vino tinto.
Sin embargo, según el doctor Kenneth Mukamal, codirector del programa de becas de medicina general y atención primaria de la Facultad de Medicina de Harvard, las pruebas de que tomar vino tinto es bueno para la salud, especialmente para la salud cardíaca, son bastante escasas. En declaraciones a Harvard Health, afirma: “Todas las investigaciones que demuestran que las personas que beben cantidades moderadas de alcohol tienen menores índices de enfermedades cardíacas son observacionales. Estos estudios no pueden demostrar una relación de causa y efecto, solo asociaciones”.
Entonces, ¿cómo afecta realmente a tu salud? ¿Y cuánto vino tinto puedes beber al día sin perjudicar tu organismo? Aquí tienes todo lo que necesitas saber.
Desde finales de la década de 1980, cuando se formuló por primera vez esta idea, varios expertos profundizaron en sus connotaciones y llegaron a la conclusión de que otros factores serían responsables de la ausencia de enfermedades cardíacas entre los franceses en aquella época. Se refieren a otras facetas de sus hábitos de vida cotidianos y a las diferencias en la alimentación. Un ejemplo claro de ello, según el doctor Mukamal, es que la tasa de enfermedades cardíacas en Japón es menor que en Francia, pero se sabe que los japoneses beben mucha cerveza y casi nada de vino tinto.
Uno de los compuestos más importantes de los polifenoles que se encuentran en el vino tinto es el resveratrol, que se promociona como un suplemento cardioprotector y antienvejecimiento. Sin embargo, aún no se ha demostrado el impacto positivo del resveratrol en la salud cardíaca de los seres humanos.
De hecho, un estudio realizado en 2014 entre hombres y mujeres mayores de 65 años en la región italiana de Chianti, cuya dieta diaria era rica en resveratrol, no encontró ninguna relación entre los niveles de esta sustancia y las tasas de enfermedades cardíacas. Además, la cantidad de resveratrol que contiene una copa de vino tinto es muy pequeña, mucho menor que las dosis utilizadas en los estudios que demuestran sus beneficios para la salud. Por lo tanto, esta cantidad por sí sola no supone necesariamente una gran diferencia.
Beber demasiado vino tinto puede elevar la presión arterial, dañar el hígado, provocar obesidad y aumentar el riesgo de cáncer. En cuanto a este último punto, un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Brown –codirigido por Eunyoung Cho, profesora asociada de epidemiología y dermatología en Brown– analizó 42 estudios observacionales en los que participaron casi 96,000 personas y no encontró pruebas claras de que el vino tinto reduzca el riesgo de cáncer.
Según la amplia investigación de Harvard sobre el tema, no deberías tomar más de 5 onzas o 150 mililitros –una copa– de vino tinto al día. En cuanto a otros tipos de alcohol, como el whisky y el vodka, en general se considera seguro un trago al día para una mujer sana y dos tragos al día para un hombre sano. Recuerda, la moderación es la clave... independientemente de lo que le eches a tu copa.
Aunque se trata de una cuestión subjetiva, un estudio publicado en la revista European Heart Journal en 2024 sugiere que el mejor momento para beber vino es entre las 5 y las 7 de la tarde. Esto se debe a que el vino que se toma durante o después de la cena se procesa mejor. Los alimentos que se ingieren junto con el vino ayudan a reducir el consumo del acohol, lo que evita la intoxicación.
Fuente: gq.com
"Este sitio web y sus páginas, son propiedad de Asesoria Potosina a la Publicidad S.C. Parte del contenido que aparece en él, incluyendo algunos textos, gráficos, datos, imágenes fotográficas, imágenes en movimiento, sonido, ilustraciones, software y la selección y disposición de los mismos, son propiedad de Asesoria Potosina a la Publicidad, S.C., de sus colaboradores, reporteros, editorialistas, periodistas, articulistas, participantes, fotógrafos y anunciantes, además algunos contenidos están sujetos a Derechos de Autor y/o Marcas Registradas; por lo que está prohibida la reproducción total o parcial de su contenido, sin el consentimiento de sus titulares. El punto de vista, de los colaboradores, reporteros, editorialistas, periodistas, articulistas, participantes, fotógrafos y anunciantes, no representan ni reflejan necesariamente el punto de vista de la empresa indicada, el cual es de la estricta responsabilidad de cada uno de ellos."