Jueves, 28 de febrero del 2019
Uno de los peores enemigos de la felicidad es la zona de confort. Llegar al punto de conformarte y dejar de luchar por conseguir tus objetivos –o incluso dejar de tenerlos– puede convertirse en un pozo sin fondo del cual cada vez será más complicado salir. Si últimamente sientes que tu vida no avanza y que la rutina te ha ido consumiendo poco a poco, entonces ten cuidado. Aquí te compartimos las principales pistas que te llevarán a descubrir si es necesario darle un giro completo a tu día a día.
¿Nunca tomas riesgos? Esta es la principal clave de que estás atada a tu zona de confort. Tomar decisiones espontáneas como irte de viaje repentinamente, optar por cambiar la rutina, arriesgar ciertas cosas con tal de lograr lo que deseas e incluso decidir por fin a terminar esa relación que tantos problemas te trae es el primer paso para dejar atrás la rutina y el conformismo. Esto no quiere decir que debas hipotecar tu casa o dejarlo todo para irte al Tibet un año, pero con cambios paulatinos podrás llegar a donde deseas.
Si querías pintarte el pelo de un color atrevido pero no te atreviste por miedo al qué dirán, si dejaste el trabajo que amabas por la presión de tu familia o si estabas en contra de una opinión y te callaste por temor a entrar en conflicto, entonces serás infeliz hasta que no cambies tu forma de pensar y empieces a preocuparte por ti y por tu bienestar antes que por el de los demás. Recuerda que las personas al final son eso, personas. Ellos juzgarán hagas lo que hagas, así que mejor actúa como más te haga feliz a ti.
No existe el trabajo perfecto, en todos sitios habrá retos y situaciones que no te agraden en su totalidad. Sin embargo, jamás tienes por qué sentirte obligadao incluso hasta sacrificada cuando se trata del ámbito laboral. Recuerda que hay que trabajar para vivir no vivir para trabajar; en ocasiones es mejor pasar un par de meses en paro que toda una vida siendo miserable haciendo lo que no te gusta.
El primer signo de que algo grande está por llegar es el miedo. Si nunca sientes temor, entonces probablemente no te estás arriesgando lo suficiente. Cada cambio implica un esfuerzo y adaptación, por lo que si estás huyendo de situaciones en donde no tengas el dominio, probablemente jamás saldrás de tu zona de confort.
La inseguridad es el peor enemigo del éxito. Si constantemente te encuentras quejándote por no poder hacer lo que deseas o incluso y has tenido episodios largos de tristeza y/o depresión, entonces tal vez necesitas darle un cambio radical a tus decisiones. Si otras personas pueden tú también, solo recuerda ser constante y hacer todo para que suceda.
¿Aún no has cortado a esa pareja tóxica porque todas tus amigas se están casando? ¿Sigues en el trabajo que odias porque el resto de las personas tienen un sueldo fijo y no quieres volver a empezar? Entonces prepárate para sentir el conformismo en su máxima expresión. La mayoría de la gente –aunque no lo creas– se encuentra en su zona de confort, por lo menos en alguna etapa de su vida, así que si solo haces lo que ellos, caerás en el famoso pozo sin fondo.
Vía VOGUE
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