Mindfulness para el estrés.

Si tradujeras literalmente, mindfulness significa atención plena, o sea enfocar todos tus sentidos en el momento que estás viviendo ahora. El mindfulness es una súper herramienta para controlar el estrés, incrementar la resiliencia, propiciar el bienestar y mejorar las relaciones interpersonales.

Lo que sí, es que puedes practicarlo en cualquier momento pero, sobre todo, cuando el cuerpo te da ciertas señales de que estás agotada mentalmente. El insomnio recurrente es una de las más importantes; quiere decir que ni para conciliar el sueño puedes darle calma a tu mente. También pon atención a qué tan cansado, irritable, triste o bajoneado estás sin razón aparente. Puede ser que tengas dolores de cabeza y contracturas muy seguido o que, de la nada, sientas palpitaciones. Todas son señales de lo mismo: tu paz mental no está equilibrada.

Nuestra mente es experta en el pasado o en el futuro, analizando cosas que ya pasaron o cosas que ni siquiera se han pasado. También es la única responsable de nuestro bienestar. Todo está en nuestro cerebro, por eso, si aprendes a calmarlo y a centrarlo en el aquí y el ahora, cambiará tu forma de ver la vida y de enfrentar los problemas diarios. Tus pensamientos y la conversación contigo mismo definirán tu nivel de estrés. Por lo tanto, cuando enfrentas el estrés de manera positiva estás confiando en ti mismo para manejar los desafíos de la vida y esto te da mucho poder, ya que, tu estrés se convierte en tu aliado, sin provocar ansiedad a tu cuerpo.

Reducir el estrés y a través de la respiración interrumpir esta reacción que tenemos en nuestro piloto automático es una gran forma de self care. Si en algún caso pierdes la concentración, o empiezan a llegar pensamientos – tareas, no te preocupes, deja que los pensamientos pasen por tu mente, imagínalos como una hoja volando en el aire, no una piedra cayendo en tu cabeza.

Así de sencillo lograrás llevar tu vida más tranquila y en armonía.