Miércoles, 25 de abril del 2018
En estos días, la primera pareja mexicana se encuentra en una gira de trabajo por el Viejo Continente. Un viaje breve de apenas cinco días de duración en los que han visitado tres países: Alemania, Holanda y, por último, España.
En esta parada, programada para el miércoles 25 de abril, Peña Nieto y Angélica se encontrarán con los jefes del Estado, Felipe VI y Letizia, que ofrecerán un almuerzo en el Palacio de la Zarzuela con motivo de su visita de trabajo a España. No será este ni el primero ni el único encuentro entre las dos jefas de Estado cuyos gustos y pasado común las une más que las separa.
Este gesto dice mucho de la relación entre ambas. Letizia ha ido al encuentro de Angélica con una gran sonrisa y tendiéndole los brazos. Ambas damas han fraguado una bonita amistad tras varios encuentros tanto en España como en México.
La esposa del presidente ya había manifestado en reiteradas ocasiones su admiración pública por la reina de España e incluso alababa su forma de vestir. Tanto es así que ambas comparten diseñador fetiche, Felipe Varela, del que Angélica prefirió no abusar en la citada visita por evitar coincidir con la Reina.
No es ningún secreto si afirmamos que la relación entre la reina Letizia y la primera Dama mexicana es más que fluida, al menos así nos lo han hecho saber no solo a través de sus manifestaciones públicas sino por los gestos de complicidad que ambas se han profesado a vista de todos. Adoran México, beben los vientos por el mismo diseñador español y tienen un pasado profesional televisivo.
Letizia y Angélica se vieron por última vez el pasado noviembre, pero en la capital mexicana, donde la Reina estuvo un par de días para asistir al Congreso Mundial del Cáncer. En julio de 2015 los Reyes realizaron una Visita de Estado a México. Y ya antes, en junio de 2014, habían coincidido en Madrid durante otra Visita de Estado del presidente de México, cuando se apuraban los últimos días de reinado de Juan Carlos I. Esta vez ha sido una cita más relajada y rápida, pero igualmente cálida, donde no han faltado gestos y palabras cariñosas entre los máximos representantes de dos países hermanos.