Una pediatra explica por qué no deberías darle jugos a tu bebé

Martes, 14 de agosto del 2018

El médico es quien indicará cuándo es el momento adecuado para comenzar a hacerlo y cuáles son los primeros alimentos que puede comer. Ante la mínima duda, lo mejor es consultar siempre con el especialista, porque quizás sin saberlo podrías estar dándole algo que no es conveniente a su edad.

¿Cuándo pueden tomar jugos naturales?

Cuando el bebé comienza a comer, las frutas forman parte de los primeros alimentos complementarios. Son uno de los primeros alimentos porque además de ser nutritivas, desarrollan el sentido del gusto.

«El bebé sentirá nuevos sabores y distintas texturas, muy diferente a la experiencia de la lactancia, ya sea por amamantamiento o a través del biberón. Además esta fase está marcada por el estímulo de la masticación y el desarrollo sensorial de la boca», explicó Flavia Oliveira a VIX, pediatra de la Clínica MedPrimus.

Luego de esta primera fase de incorporación de alimentos, muchos padres optan por darle jugos naturales al bebé, pero la pediatra explica por qué es preferible evitarlos al comienzo.

«Las frutas poseen mucha más fibra que los jugos. Estos últimos tienen más calorías y sacian menos al niño. Sin embargo, algunos padres optan por darle jugos, incluso de los industrializados que no siempre son nutricionalmente adecuados», explicó la especialista.

Antes de los dos años, una alternativa es raspar las frutas y dárselas. Después de ese periodo, los niños pueden comerlas incluso con la cáscara, siempre con el cuidado de observarlos para que no se ahoguen.

Lo ideal es estimular el consumo de frutas ya que garantiza saciedad y son nutritivas. Además, los jugos (ya sean naturales o no) pueden contener azúcar, y es un alimento que debe evitarse antes de los dos años. «En ese periodo hay que tener sentido común y coherencia, prestar atención a lo que se le da al niño», dijo Flavia.

La introducción del alimento

Además de las frutas, las verduras cocidas también forman parte de los primeros alimentos. Lo importante es evitar los embutidos como la salchicha y el jamón, evitar el azúcar y todo producto procesado. «Estos alimentos engañan al paladar. Hacen que los alimentos naturales parezcan menos sabrosos, lo que genera una dificultad cada vez mayor en los padres para introducir alimentos saludables», comentó la pediatra.

Según Flavia, también es importante que los padres compartan sus comidas con los hijos, para dar ejemplo y estimular la curiosidad: «Nada más desafiante para un bebé de un año que percibir que el plato de la madre no es igual al de él».