Domingo, 24 de diciembre del 2017
Navidad con el Coronel Sanders
Antes de Navidad las familias niponas hacen reservas, no en restaurantes elegantes, sino en su KFC más cercano. La popularidad de la cadena de comida rápida durante las fiestas es tal que, para llevar un balde de pollo frito, hay que reservar con días de anticipación, o resignarse a esperar por horas en una fila.
Esta tradición surgió en 1974 gracias a un grupo de extranjeros que estaban buscando pavo para comer en Navidad (una carne que es casi imposible de adquirir en Japón) y tuvieron que conformarse con comer pollo. Los estrategas de KFC vieron esto como una oportunidad y lanzaron una campaña publicitaria que inició el fenómeno: «Kurisumasu ni wa kentakki» («¡Kentucky para Navidad!»).
Así es como el pollo frito se convirtió en el plato favorito de las fiestas japonesas. En las últimas décadas KFC logró posicionarse como sinónimo de Navidad en Japón, de la misma manera que el Papá Noel que la gente conoce, con barba blanca y traje rojo, es una creación publicitaria de Coca Cola.
La razón por la que la Navidad promulgada por KFC fue tan exitosa en Japón es porque no hablan de religión y los japoneses lo pueden adoptar en su cultura. En cambio, el mensaje es muy sencillo: pasar bien y comer pollo frito.