Jueves, 26 de diciembre del 2019
Resulta que en el siglo XIX cuando apenas se iniciaba el servicio de telefonía en México, a falta de una mejor tecnología, todas las llamadas sin excepción tenían que ser enlazadas a una central telefónica en donde había operadoras que tenían la función de enlazar las llamadas de un número a otro, es decir, había una intermediaria responsable de pudieras hablar con la otra persona.
Esto quiere decir que, si una persona quería llamar a un amigo, la llamada conectaba a la central en donde se encontraba la operadora y ella, para verificar que la conexión era buena, preguntaba:
¿bueno? Y entonces si todo estaba bien, la otra persona contestaba: ¡Bueno! Afirmando que escuchaba bien.
Entonces era cuando la operadora telefonista enlazaba a las dos personas para que pudieran hablar por teléfono.
Desde entonces, se quedó esta curiosa forma de contestar el teléfono en México.
¿Te lo imaginabas?