Martes, 14 de abril del 2020
Es, sin duda, uno de los desayunos más frecuentes: leche acompañada de galletas o cereales procesados. También es uno de los menos sanos: la gran cantidad de azúcares y/o grasas no saludables que estos productos suelen contener (sí, los cereales y galletas con apellido ‘fitness’, también) hacen de ellos una opción a evitar durante la primera comida del día. ¿Entre las alternativas? En realidad, cualquiera, siempre que ésta sea saludable (incluso unas sobras de la cena del día anterior pueden ser buena opción).
Las posibilidades siguen siendo muchas: frutas frescas, frutos del bosque, semillas, frutos secos, yogur natural, leches vegetales, cacao, tostadas de pan integral (pero integral de verdad) con tomate, aguacate.
Una propuesta muy sencilla y apetecible en este sentido es sumar algunos de estos productos en un único recipiente y preparar, a modo de ‘plato único’, un bol de lo más nutritivo y perfecto para arrancar el día cargados de energía.
TIPS
-Elegir los sabores en función de las necesidades del día. Para un aporte energético importante, podríamos añadir frutas en lámina y una buena dosis de frutos secos y semillas. Si queremos prolongar la sensación de saciedad, los ingredientes ricos en proteínas son la clave. El toque dulce lo pueden poner unas pepitas de chocolate negro o la mantequilla de cacahuete, por ejemplo.
-La fruta, imprescindible. Incluyas lo que incluyas, la fruta no puede faltar. Se puede usar cualquiera: plátano, pera, kiwi, manzana, fruta del dragón (pitaya), piña, melocotón, mango, frambuesa, fresa, arándano, papaya, limón, lima, o naranja. Preferiblemente congeladas.
-Anímate añadir también verdura: espinacas, col kale, lechuga, apio, pepino, remolacha, zanahoria.
-Extra de proteínas. Desde las semillas (de chía, de cáñamo, sésamo, etc.), hasta las mantequillas o cremas de frutos oleaginosos o los frutos secos. Enriquecen el desayuno y evitan el hambre entre horas.
-Leches vegetales. Las de avena, soja, arroz, almendra u otros frutos con cáscara combinan muy bien con el resto de ingredientes.
-El espesor, fundamental. El smoothie debe ser lo suficientemente espeso para que los alimentos con los que lo acompañemos no se hundan en el bol al añadirlos. La fruta congelada, el aguacate, los copos de avena, la mantequilla de frutos oleaginosos, los dátiles o los cubitos de hielo van muy bien para aportar consistencia.