Jueves, 3 de febrero del 2022
La escena artística en el siglo XX estuvo llena de personalidades importantes y con gran impacto cultural para la historia de México. Los pintores, escritores, escultores, actores y poetas de la época marcaron un antes y después en la forma en que ahora percibimos el arte.
El pintor Diego Rivera (1886-1967) fue una de las figuras más relevantes de esos años, sus murales y pinturas le hicieron ganar renombre a nivel internacional, pero el hombre detrás del artista era otra cosa completamente diferente. Cuando tenía 43 años se casó con la joven Frida Kahlo de tan solo 22, a pesar de la diferencia de edad, ambos se convirtieron en una de las parejas más polémicas del mundo del arte y el espectáculo en México.
Su relación estuvo lejos de ser perfecta, de hecho, tenían muchos problemas, Frida fue su segunda esposa y los fantasmas de Lupe Marín (primera esposa) perseguían a la pareja constantemente, además Diego nunca se quedaba quieto, viajaba muy seguido y las infidelidades no tardaron en aparecer en el matrimonio.
Los testimonios, cartas, pinturas y demás detalles han ayudado a historiadores a construir poco a poco la dinámica del matrimonio. Uno de los rumores más sonados en ese entonces tenía que ver con la actriz María Félix. La «Doña» como la llamaban usualmente, era una amiga muy querida para Frida, la confianza entre ambas llegó a tal grado que en varias ocasiones se quedaba con ellos en la Casa Azul, donde compartía fiestas y eventos con académicos y artistas del momento.
Cabe destacar que durante la década de los 40, Kahlo y Rivera estaban en la segunda etapa de su relación tras pasar por una separación.
La incomparable belleza de María, su carácter y su talento cautivaron a todo el mundo, el corazón de Diego no estuvo exento, razón por la cual, Frida se atrevió a pedirle a su amiga que se casara con su marido.
Félix se había divorciado de Agustín Lara en 1948 por lo que encontró un refugio en la Casa Azul, incluso uno de los cuartos de la propiedad en Coyoacán lleva la leyenda de «Cuarto de María Félix, Frida Kahlo y Diego Rivera».
“A Frida la quise tanto como a Diego, era inteligente, divertida, lépera como ella sola. Soportaba sus penas exteriormente muy bien, pero yo notaba que sufría muchísimo, la recuerdo metida en aquellos aparatos físicamente desecha, pero con el espíritu en alto” Menciona María Félix de acuerdo al canal de YouTube María Félix Vlogs.
La dinámica de los tres consistía en pasar tiempo juntos, entre tertulias y largas pláticas, la pintora mexicana disfrutada de la compañía de Félix mientras ella estaba postrada, pero aún así, «La Doña» desistió y no aceptó la propuesta de Frida.
De acuerdo con el sitio mariafelix.com, una famosa carta fue escrita por Frida quien le pedía a «María Bonita» casarse con su Diego, quien estaba profundamente enamorado de ella. Se dice que la carta estaba decorada con motivos mexicanos y palomas.
Lo interesante de la petición es que Frida también estaba enamorada de María, por eso comprendía que Diego se fijara en ella. Uno de sus mejores atributos, era su carácter fuerte, los que la conocieron aseguran que la «Doña» no temía decir lo que pensaba.
El famoso «Retrato de María Félix» pintado por Rivera en homenaje a la venerada actriz que amó, y que en la actualidad está desaparecido, surgió hace pocos meses en una fotografía inédita del momento en que el muralista firmó el cuadro en presencia de la mismísima “María Bonita”
Era tan sincera que no se limitó en decir abiertamente que no le gustaban las pinturas de Diego, de hecho, llegó a rechazar un cuadro que él le quería regalar como muestra de su amor.
“A Diego lo quise mucho como amigo pero no como pintor. Se me echaba encima como la miseria sobre los pobres", reveló en una ocasión María Félix.
Entre rumores, infidelidades, separaciones, cartas y una tempestuosa relación de 25 años, Diego y Frida unieron sus vidas solo para despedirse para siempre luego de la muerte de la pintora.
Fuente: porquenosemeocurrio.net