Martes, 20 de junio del 2023
Ser una persona de alto rendimiento en el trabajo no significa que tengas que vivir 24/7 pensando en cosas de la oficina, respondiendo mails o haciendo cosas en cada minuto del día, más bien significa que eres una persona productiva, que sabe aprovechar su tiempo y sacarle más provecho a sus habilidades para conseguir mejores resultados.
Ser de alto rendimiento puede ayudarte a cumplir tus objetivos más rápido, a superar los retos que se presenten y a levantarte después de una caída.
Hay que tomar el ejemplo de atletas como Cristiano Ronaldo, Messi o Tom Brady, que no son superhéroe, pero logran cosas extraordinarias porque entrenan duro, son constantes, aprovechan las oportunidades, y no le temen a los retos, además de que también saben trabajar en equipo y apoyarse en sus compañeros para llegar más lejos.
En el ambiente laboral, las personas de alto rendimiento son las que realmente brillan por sus libros, habilidades y maneras de trabajar, son las que no se destruyen ante la prisión y las que terminan disfrutando más de lo que hacen, y hay algunas claves que pueden ayudar a cualquiera a unirse al club.
Cómo ser una persona de alto rendimiento en el trabajo
Despierta temprano y crea una rutina
Levantarte temprano (no, no a las 4 am) puede ayudarte a aprovechar mejor el día, a que no tengas que correr para llegar a tiempo a la oficina y a que no empieces el día estresado, mientras que crear una rutina permite que trabajes de manera más ordenada y clara, para que no olvides cosas o no te retrases con las cosas que tienes que entregar.
Además, tener una rutina también permite que tengas tiempo para trabajar en ti mismo, para ejercitarte y para tener un muy necesario tiempo de descanso, que también es esencial para que puedas mantener un buen rendimiento.
Establece metas y prioridades
Cuando entrenas, tener una meta clara es esencial para que puedas saber qué hacer y qué ejercicios son los más efectivos, y en la oficina también pasa algo similar.
Tener metas y prioridades claras es lo que te va a ayudar a saber qué necesitas hacer en tu día a día, en qué puntos necesitas enfocar tu atención y cómo trabajar de manera más organizada para conseguir lo que te propones y tener un buen crecimiento profesional. Además de que esto evita que te pierdas entre tantos pendientes o que te estreses por todo lo que tienes que hacer.
Aprende de tus errores
Somos humanos y nos vamos a equivocar muchas, muchas veces a lo largo de la vida, pero hay dos opciones, la primera es dejar que esos errores te aplasten y te lleven a renunciar, mientras que la segunda es que los uses como una oportunidad de aprendizaje y de crecimiento.
Es como esos atletas que fallaron a la primera, pero que siguieron entrenando duro y aprendiendo de sus errores y pasado para llegar a la cima.
Equivocarse y fallar son cosas normales, y depende de cada persona tomar una buena decisión sobre qué hacer con eso.
Escucha las críticas y consejos
Recibir críticas o feedback en la oficina es importante, ya que con esto puedes determinar cuáles son tus puntos débiles o las cosas que puedes mejorar. Así como los errores no deben aplastarte, no debes tomar las críticas como algo para destruir tu autoestima, sino como puntos para motivarte, aprender y seguir avanzando en tu camino al éxito.
Flexibilidad
Esto se refiere a poder adaptarte a las cosas que cambian, a los imprevistos y a los proyectos inesperados que se presenten. Se trata de no aferrarte a hacer las cosas de una sola manera, sino tener la mente abierta y estar dispuesto a explorar nuevas posibilidades y situaciones, para que te puedas adaptar a los cambios y no te quedes atrás o te vuelvas obsoleto.
Aprende a comunicarte y a preguntar
La comunicación es esencial, para que los demás puedan comprender tu visión, para que las cosas queden claras, para que no pases desapercibido o incluso para que puedas conseguir lo que necesitas, desde un aumento, hasta alguien que te ayude a cumplir con tus tareas si son demasiado grandes.
Por otro lado, preguntar todo evita que te quedes con dudas y que tengas que estar adivinando qué es lo que debes hacer o qué es lo que se espera de ti.
No dejes de prepararte
Bill Gates ha dicho en varias ocasiones que hay que seguir aprendiendo incluso cuando ya no estamos en la escuela, ya que eso lleva a entender qué es lo que el mundo necesita de nosotros, o el trabajo, a descubrir nuevos métodos para hacer las cosas o incluso a encontrar áreas de oportunidad y nuevas posibilidades.
Así como la flexibilidad, seguir aprendiendo y alimentando la curiosidad es otro punto esencial para no volverse anticuado y seguir teniendo muchas cosas que ofrecer.
Fuente. gq.com