Martes, 18 de junio del 2024
¿La clave para encontrar trabajo? Te damos los consejos en una experta en selección.
Somos aprensivos a la hora de recurrir a contactos, nos da miedo iniciar conversaciones y nos cuesta entablar relaciones nuevas, pero el networking sigue siendo en 2024 casi tan necesario como cuándo se empezó a hablar de él a principios del siglo XX. Han cambiado muchas cosas desde entonces, pero tener una buena red de contactos en el entorno laboral continúa siendo clave para encontrar empleo.
“Numerosos estudios confirman que más del 70% de las personas consigue trabajo y hace negocios gracias a sus redes de contactos. Según el Ministerio de Economía, al menos en España, entre 2014 y 2016 el 69% de los españoles encontró trabajo gracias a las personas de su entorno cercano”, apunta Nohelis Ruiz Arvelo, consultora y experta en networking. “Dependiendo del año, el porcentaje fluctúa entre el 70% y el 77%”. Así que tomamos como referencia las cifras de un país muy similar a México, en términos de captación y contratación.
En la misma línea se expresa la experta en redes profesionales Rosaura Alastruey. “Es una herramienta básica para acceder al llamado mercado oculto de aquellas ofertas de empleo que, por diferentes motivos, no llegan a publicarse. Un mercado que además, tras la pandemia se ha incrementado más, pasando, según los últimos datos, del 80% al 85,5%. Pero no solo por eso, a través del networking estratégico, hecho de manera continuada, también potenciamos nuestra marca personal, cómo nos vemos y aumentamos nuestra visibilidad profesional. Unas cualidades que actualmente también son básicas en el desarrollo laboral de cualquier profesional”.
Es un hecho, por lo tanto, que las personas que practican estas habilidades tienen más probabilidades de encontrar trabajo. Además, la mayor parte de las empresas utilizan las redes sociales para buscar personal y muchos puestos de responsabilidad y confianza se acaban cubriendo gracias al boca a boca o la “referencia”.
Pero la creación de redes de contacto no se hace de la noche a la mañana, requiere de paciencia y esfuerzo. La confianza tarda un tiempo en ganarse, con lo que lanzarse a pedir ayuda a nuestros contactos a la primera de cambio tampoco es una buena idea. “Lo primero que tenemos que hacer es asumirlo como un estilo de vida, así evitaremos que se convierta en un trabajo arduo y pesado. Y después tener claro de que se trata de un proceso”, dice Nohelis Ruiz.
La experta pauta el proceso en cuatro pasos: “Se trata de Conocer, cuando surge el encuentro con alguien, en un evento, por ejemplo, es networking puro y duro. Pero al día siguiente tenemos que retomar ese contacto, a ver si nos gustamos, Like. A partir de ahí comenzamos a hacer pequeñas y grandes acciones a lo largo del tiempo para generar relaciones de las que tiene que emerger la confianza, o Trust en inglés, porque nadie hace negocios ni contrata al enemigo. Y aquí vendría el cuarto punto en el que yo propongo crear Aliados y Prescriptores, porque no hay nada mejor que alguien te recomiende. El siguiente paso es opcional pero recomendable, porque la vida siempre premia a quien se atreve dar un paso más, se trata de construir Amistad”.
¿El networking se hace online o cara a cara?
Ambas, por supuesto. Aunque hoy en día las redes sociales son imprescindibles, no pueden sustituir la confianza que se genera en las relaciones cara a cara. De hecho, nadie recomendará para un trabajo a alguien que no haya conocido en persona. Tampoco se trata de coleccionar contactos como si fuesen trofeos en plataformas como LinkedIn, es preferible construir una red pequeña, pero selectiva de profesionales de un sector en concreto o que posean una serie de habilidades específicas.
“Las herramientas sociales, digitales y tecnológicas deben asumirse como tales, sabiendo que las podemos utilizar para expandir nuestras redes y gestionar esas conexiones. Sin embargo, es esencial ser muy activos para que esto sea realmente efectivo, además de adaptarse a cada una de las plataformas y participar en eventos en línea para mantener una red activa y relevante”, advierte Nohelis Ruiz. “No obstante, es necesario bajarse de la nube y la virtualidad para relacionarnos mejor. Los negocios son precedidos por el apretón de manos y la confianza que generan todos los sentidos involucrados en los encuentros interpersonales”.
“La pandemia y el teletrabajo han cambiado nuestros hábitos. Entre ellos, quizás el hacer un mayor uso de las redes digitales. Hay que pensar que hace ya 21 años que LinkedIn nos acompaña, de los cuales, yo personalmente llevo 20, pero fue en 2020 y con el hecho que ‘nos quitaron’ otras formas de hacer networking (reuniones, ferias de empleo, etc) cuando la gente se volcó en ella”, asegura Rosaura Alastruey.
“El modelo híbrido está funcionando bien en muchas empresas, pero en mi opinión, ese modelo debe complementarse con alguna acción de networking, por ejemplo el adquirir el hábito de ‘tomarse un café virtual’ antes de empezar la jornada una vez a la semana con alguien de la empresa; conectarse a un evento cada quince días… Eso sí, aunque las nuevas modalidades de trabajo introducen efectivamente nuevas modalidades, creo que el networking virtual debe ser visto como un complemento al networking físico, nunca un sustituto”.
¿Cómo ser proactivo y conservar los contactos en el networking?
Por otro lado, no todas las estrategias funcionan ni son válidas en Internet, con lo que si buscamos tejer esa red realmente valiosa hay algunos errores que deberíamos evitar, según la consultora. “En primer lugar, la falta de personalización, es decir, debemos evitar enviar mensajes genéricos y personalizar las interacciones para mostrar interés genuino. La pasividad y la inactividad se pagan muy caras. No funciona acordarse de LinkedIn solamente si nos quedamos sin trabajo, tampoco usar las redes sociales profesionales como mero entretenimiento. Por último, una vez que hemos conectado con alguien, es muy importante hacer un seguimiento. Un simple mensaje de agradecimiento o una invitación a un café virtual puede fortalecer la relación”, aconseja.
Por su parte, Alastruey recalca que es importante no obsesionarse con el número de contactos. “Las redes sociales son fantásticas porque han ayudado a democratizar el networking. Pero la facilidad de tener a casi quien quieras a golpe de clic ha hecho que haya quien piense que gana el que tiene la lista más grande. Para empezar, no hay que tener contactos, sino conexiones y eso solo es posible si cultivamos la relación continuada con ellas. Y que yo sepa, eso es inversión, mínimo, de tiempo. Y el día sigue teniendo 24 horas. Otro error es creer que con tener un buen perfil digital ya es suficiente. El perfil, por ejemplo, en LinkedIn, es la puerta de entrada a la red. Pero hay que mostrarse, interactuar, estar presente, aportar…. En muchas de mis formaciones aún oigo cosas como: ‘yo tengo un perfil, pero nadie me llama’. Por último, subrayar que el networking bien hecho es el que apuesta por las relaciones de confianza a largo plazo”.
Fuente: vogue.com