Cada minuto cuenta, la serie sobre el sismo de 1985 en Prime Video.

Lunes, 11 de noviembre del 2024

“El terremoto de 1985 es el inicio de la ciudadanía como la vivimos hoy”, el equipo de Cada minuto cuenta habla sobre la creación de la serie de Prime Video

Conversamos con el elenco de Cada minuto cuenta sobre su participación en la serie que revive algunas de las historias más impactantes del sismo de 1985.

El 19 de septiembre de 1985, un temblor sacudió la Ciudad de México. Con una fuerza equivalente a 1,114 bombas atómicas como la que fue lanzada en Hiroshima, y 280 kilotones liberados durante minuto y medio, el acontecimiento causó daños más allá de nuestra compresión. Además del impacto a los cientos de edificios que colapsaron ante los movimientos del terremoto —que fue clasificado con 8.1 grados en la escala Ritcher— y los miles de personas que perdieron la vida en el momento, las consecuencias de este fenómeno marcaron un antes y después en la nación.

 

A raíz del sismo, el nacimiento de organismos como Protección Civil, nuevas regulaciones en las construcciones de nuevos edificios y lineamientos orientados a la concientización de cultura preparada con los protocolos adecuados para este tipo de eventos son tan solo algunas de las acciones permanentes que se implementaron como los cimientos del renacimiento de la capital mexicana.

 

Cada minuto cuenta no solo es el conjunto de palabras que podrían resumir la presión a la que las movilizaciones ciudadanas de rescate se sometieron en el momento, sino que también es el nombre de la serie original de Prime Video a cargo del cineasta Jorge Michel Grau, que estrenó el 8 de noviembre de 2024. Aunque de inicio el proyecto se distingue por abordar uno de los momentos que marcaron la historia de nuestro país y una trama inspirada en hechos reales que se enfoca en narrar algunas de las historias de hombres y mujeres que arriesgaron sus vidas para ayudar a otros —que van desde un grupo de doctores que iniciaron movilizaciones de rescate en su hospital, hasta una periodista empeñada en compartir un mensaje de esperanza con el mundo—, los elementos detrás de esta producción también son suficientes para destacarla. Y es que además de que no es la primera ocasión en que el director narra una historia en relación con el sismo —pues lo hizo con 7:19 la hora del temblor, la película de 2016 con la que logró entrar a la shortlist de los Oscar— desde hace algunos años, las producciones de Prime Video que se sitúan en otra época como Tengo que morir todas las noches, Nadie nos va a extrañar y ¿Quién lo mató?, han destacado por su ambientación, misma que utiliza elementos que van desde el vestuario hasta la escenografía para trasladar al espectador a una época, y en el caso puntual de esta serie, algo que surgió a raíz de un trabajo de investigación en el que se recopilaron fotografías, videos y material periodístico que ayudó a recrear la atmósfera de la Ciudad de México en la década de los 80.

 

Al hablar de entretenimiento, la tecnología para la realización de producciones cinematográficas, avanza a la par de las necesidades de su filmación, y en el caso de esta serie, las herramientas para retratar la magnitud de un acontecimiento como el sismo de 1985 exigían de un sistema que pudiera representar el momento del impacto, es así como Jorge Michel Grau tomó la decisión de recurrir a Virtual Production (o producción virtual por su nombre en español), una técnica que fusiona elementos reales con el mundo digital, dando como resultando un set híbrido en el que se puede tener control sobre aspectos como el entorno, efectos especiales, clima e iluminación, mediante la utilización de cámaras con rastreadores que permiten visualizar cómo quedará la toma en tiempo real para crear con mayor exactitud sin la necesidad de tenerlo en físico. “La misma historia exigía un tamaño como este. Cuando empezamos a descifrar cómo hacerlo hubo varias ideas; maquetas, en telones, cosas así, pero al irla leyendo y montando lo que había que hacer, irremediablemente nos teníamos que acercar a esta tecnología para contar la historia con el tamaño que se quería contar. Teníamos que replicarlo y las pantallas nos daban esa gran oportunidad de ser más exactos en cada detalle a la época que estábamos narrando”, señala para referirse al uso de esta tecnología en la serie, misma que se refleja en elementos como los modelos exactos del Edificio Nuevo León en Tlatelolco, el Hospital General y otros sitios en donde gracias a la producción virtual se recrean los derrumbes y los daños que causaron.

 

Si bien, Virtual Production es una tecnología ampliamente utilizada en el extranjero —y una que podemos ver en series como House of The Dragon, The Mandalorian y Fallout— es la primera vez que se usa para una serie en Latinoamérica. Con un foro ubicado en los Estudios Churubusco de la Ciudad de México, y la colaboración de empresas como Pixomondo y Simplemente, una pantalla LED de 200 metros cuadrados es la responsable de esta innovación que ha impulsado a la creación de edificios clave para la trama mediante planos originales y fotografías a detalle.

 

Además de cambiar el curso de la producción, el efecto de esta tecnología también se refleja en el trabajo del elenco. “Es impactante, no sabes a qué te estás enfrentando y además teníamos el apoyo de una escenografía impresionante en donde el diseño de producción es espectacular y la dirección de arte es increíble. Esto nos formaba un entorno en el cual estábamos mezclando el teatro con el medio audiovisual. Fue una gran experiencia y fue un gran aprendizaje que al principio fue amenazante porque no sabía a lo que me estaba enfrentando”, confiesa Antonio de la Vega, uno de los protagonistas de la serie que interpreta a Ignacio, un funcionario que deberá usar sus influencias para conseguir recursos, cuyo primer acercamiento con la producción virtual se dio a raíz de este proyecto, en el que al igual que el resto del reparto, experimentó un nuevo tipo de actuación. “Fue algo muy emocionante y también muy útil. Era una especie de teatro, pero con cine en un ambiente controlado en donde efectivamente no es lo mismo que una pantalla verde. Es incluso mejor que estar en un escenario real porque en el escenario no tienes un derrumbe real, aquí sí lo puedes tener y te hace entrar de otra manera a la acción. Te lo facilita muchísimo porque es un recordatorio constante de la historia que estás contando. Al final fue una de las herramientas más afortunadas con las que pudimos haber trabajado”, complementa, Maya Zapata, quien interpreta a Camila, una periodista que informa sobre los hechos que transcurren y hacer un llamado de ayuda en donde se necesita, sobre su experiencia al trabajar en esta entrega.

La tecnología detrás de este proyecto no es lo único que se debe rescatar, el sismo de 1985 es un tema que no pierde vigencia. “El terremoto de 1985 es el inicio de la ciudadanía como la vivimos hoy en día. Marcó el territorio y le dio un nuevo rostro a la ciudad. A partir del terremoto surge Protección Civil y organizaciones dedicadas a la prevención y atención de este tipo de desastres, entonces tomamos una conciencia como comunidad. Todos los actores que estaban viviendo esa época son la raíz de lo que somos hoy, me atrae mucho encontrar ese momento como el momento de identidad de los ciudadanos”, aclara Jorge Michel Grau sobre la inspiración que encontró para contar esta historia y trasladarla a la pantalla grande de la mano de talentos mexicanos que, en su mayoría, fueron testigos del sismo de primera mano.

 

“Yo era un niño, me acuerdo y tengo muy tangibles los dos terremotos del 85 cuando sucedieron, pero a través de los adultos es que sentía la gravedad y en el 2017 sí me tocó estar en los derrumbes e involucrarme ya como adulto, y eso por supuesto que me ayudó a la hora de buscar recursos para actuar”, recuerda Osvaldo Benavides, quien asume el rol de Ángel, un doctor en el Hospital General que mueve a las masas para rescatar a los pacientes y cuerpo médico atrapado en el edificio mientras Jorge complementa con su vivencia: “Yo tenía 12 años y estaba en una zona muy al sur de la Ciudad de México donde casi no pasó nada. El recuerdo que tengo en la piel es ver a todos los chavos de mi colonia juntarse y organizarse para ir hasta el Zócalo. Esta unión en automático sin saber bien lo que había pasado. La reacción de la gente para ir a ayudar es lo que me marcó”.

 

El 19 de septiembre de 1985 es una fecha permanece plasmada en la mente de los mexicanos, pues sin importar que haya presenciado o no este momento, las secuelas de este sismo ocasionaron un sentimiento de solidaridad que nos ha marcado como nación durante décadas. “Cuando empiezas a excavar y no solo ver los típicos videos que existen en las redes y escuchas testimonios de personas que nunca habías escuchado, te da muchísimas herramientas y te dan ganas de hacerlo con mucho tacto y respeto porque tenemos en nuestras manos el poder de dar visibilidad a estos héroes y heroínas de los que durante casi 40 años no se había contado nada acerca de ellos y esta es una serie que no trata del terremoto nada más, es una serie contada a través de ellos y qué pasó con estas personas en esta fecha”, remarca Jesús Zavala, quien interpreta a Carlos, un médico en preparación, que al igual que cientos de hombres y mujeres en la vida real, tuvo que dejarlo todo en el momento para salvar la vida de los afectados, algo que la serie logra demostrar mientras le extiende un homenaje a algunas de las figuras que despertaron el sentido de comunidad de una nación afligida en busca de un nuevo despertar.

 

A través del uso de la tecnología y una historia que merece ser contada, Cada minuto cuenta reafirma la importancia simbólica del 19 de septiembre, una fecha que nos recuerda que el corazón de México no olvida. La relevancia de un proyecto como este consiste en el homenaje que rinde a las vidas de quienes se arriesgaron salvando otras vidas.

 

Fuente: vogue,mx

 

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