Los secretos detrás del vestuario y la adaptación de Cien años de soledad

Lunes, 16 de diciembre del 2024

 

La muy esperada adaptación de la novela Cien años de soledad, del ganador del Premio Nobel Gabriel García Márquez, llegó a Netflix el 11 de diciembre y, desde entonces, el trabajo que requirió llevar la historia a la pantalla chica ha estado en boca de todos. Aquí te contamos un poco más de la producción detrás de la nueva serie y el desafiante proceso creativo del diseño de vestuario.

 

El hijo del legendario escritor alguna vez compartió, “Mi padre, en vida, decía que, si se pudiera filmara Cien años de soledad en muchas horas, en español y en Colombia, quizás lo consideraría. Eso fue lo que nos movió años después a mi madre, a mi hermano Gonzalo y a mí a considerar vender los derechos para que se hiciera la adaptación”.

 

Se calcula que para el final de la primera parte se requirieron más extras y stunts, que junto a más de 100 actores de la serie representan la diversidad cultural, étnica y racial de Colombia. Para ello, se confeccionaron 40,000 prendas para vestir. Y sí, para elaborar tanto los materiales como las prendas, se contrataron alrededor de sesenta personas y se trabajó en aprox. 35 talleres ubicados en ciudades como Leticia, Puerto Carreño, Granada, Sandoná, Sincelejo, Timbío, Medellín, Pasto y Bogotá, entre otras. 

Desde que Catherine Rodríguez, conocida por su trabajo en El abrazo de la serpiente (2015), Pájaros de verano (2018) y Memoria (2021), se unió al proyecto, tenía muy claro el compromiso de producir trajes auténticos representado el acervo histórico y artesanal de Colombia: “Yo solo espero que la gente vea la serie y diga: yo conozco a alguien que se vistió así, en mi casa hay una foto de alguien se vistió así, yo he visto láminas donde la gente se vestía así”.

 

¿Por qué fue tan retador adaptar Cien años de soledad?

Si bien la novela de García Márquez no deja en claro en qué fecha se sitúa la historia, los guionistas tomaron los pocos hechos que menciona la obra –como la Guerra de los Mil Días y la masacre de las bananeras– para establecer un marco histórico.

Y es que quienes están familiarizado con el libro saben que es un reto tipo física cuántica darle orden cronológico a una obra en la que el tiempo transita de forma circular. Además, considerando que la historia recorre un siglo, el elemento temporal es el mayor desafío de la producción, incluyendo la vestimenta, de la cual hay muy poca información visual de esa época.

 

¿Otro gran reto? El pueblo de la novela (que es un personaje por sí solo), Macondo, no existe. El equipo detrás de la serie recorrió 11 ciudades y 32 pueblos de Colombia, porque para hacer la serie Cien años de soledad hacía falta crear un sitio que pareciera real, ubicado en la historia y tierra colombianas. 

 

A partir de los “viajes de inspiración”, desde el pueblo de donde es originario Gabriel García (Aracataca) hasta la costa Caribe colombiana, el equipo se sumergió en la cultura en contacto con las comunidades locales.

¿Y cuál fue el lugar idóneo para Macondo? Tolima, particularmente en la ciudad de Ibagué y el pueblo de Alvarado, con un terreno de 540,000 m2 para diseñar el set y construir desde cero cuatro versiones diferentes de Macondo. Algunas partes de la serie se filmaron en otros municipios, lo que hace de esta una producción nacional.

Y otro dato curioso, en la serie, Macondo tiene calles que no figuran en la obra original, son homenajes a Gabriel García Márquez dentro de la serie. Cada calle tiene su placa correspondiente, y cada placa lleva una imagen alusiva al nombre de familiares del escritor.

 

 

Sabías que…

Además de considerar más de 10,000 perfiles para un elenco casi cien por ciento colombiano, fue fact, se hizo un llamado abierto online para que quien quisiera participar (tuviera o no experiencia actoral). “Los actores naturales” participaron durante tres meses en talleres de diseño de personaje, trabajo de cuerpo y análisis de guion, y un coach en el set.

 

Todo sobre el vestuario de la serie 

Después de deducir el periodo histórico de la serie a mediados del siglo XIX, se presentó el mayor reto para el diseño de vestuario: la fotografía era apenas una novedad y solo existen, claro, retratos de las clases altas.  Así que, manos a la obra, Catherine y su equipo tuvieron que recurrir a textos y relatos de viajeros (y las poquísimas referencias que existen en algunas bibliotecas) para recrear el look de personas de las clases populares colombianas, y de la costa Caribe.

Desde visitar lugares como Ciénaga y Santa Marta en el departamento de Magdalena, y Riohacha en el departamento de La Guajira, buscando detalles y elementos que surgen del contexto hasta participar en subasta en Estados Unidos (Augusta Auctions) para adquirir piezas originales hasta de colecciones privados del mundo de la moda vintage… fueron años de investigación.

 

Además, el vestuario tendría que incluir culturas tan diversas como la árabe, gitana y Wayúu. “Estamos buscando piezas representativas, pero no estamos tratando de ser exóticos; nuestro objetivo es representar auténticamente a las personas. Si son Wayúu, queremos que sean auténticamente Wayúu”.

La importancia de la precisión histórica en la recreación de la moda de la Colombia del siglo XIX, su colaboración con numerosos artesanos colombianos para crear prendas tradicionales y el impacto que eso generó… esto y más comparte Catherine en una entrevista sobre los desafíos y procesos involucrados en la creación del vestuario para la serie.

 

Fuente: instyle.mx

 

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