Viernes, 25 de abril del 2025
El 2025 pasará a la historia como el año en que fue descubierto un nuevo color: olo. Gracias a un estudio elaborado por un grupo de científicos de la Universidad de Berkley, California, publicado por la revista 'Science Advances', un tono que nunca antes había sido registrado por el ojo humano acaba de ser detectado con ayuda de la tecnología láser.
Lamentablemente, es histórico descubrimiento no podrá formar parte de nuestra vida cotidiana porque no es posible ver el olo sin someter la retina al bautizado Sistema de Visión Oz (sí, ese Oz que estás pensando). Te contamos en qué consistió el experimento y qué tiene que ver la célebre obra de L. Frank Baum.
¿Cómo descubrieron el nuevo color, olo?
De acuerdo con la Academia Americana de Oftalmología, “la retina es la capa de células nerviosas que recubren la pared posterior en el interior del ojo; esta detecta la luz y envía señales al cerebro para ver”. Un tipo de células que la componen se llaman cónicas o conos y “nos dan la visión de los colores y los detalles” gracias a su capacidad fotofotorreceptora.
A su vez, estas se dividen en tres tipos según las longitudes de onda (color) que pueden percibir: S-azul, L-rojo y M-verde. Pero no pueden actuar de manera completamente independiente, sino que todas responden en diferente proporción a los estímulos que recibe la retina.
Partiendo de la idea de que un mundo desconocido se esconde ante esta imposibilidad natural del ojo humano de enfocarse solo en una longitud de onda, los investigadores diseñaron un dispositivo compuesto por espejos, láseres y dispositivos ópticos que, a través de disparos láser en la pupila, estimula solo un tipo de cono para explorar cómo se ve el mundo de esta manera.
Al activar solo las células cónicas M, los cinco participantes percibieron un color azul verdoso de intensa saturación y brillo nunca antes vistos que los científicos denominaron "olo". Bautizaron el aparato, Oz, y al procedimiento, Sistema de Visión Oz, en honor al gran parecido con el color de la fachada e interiores del Palacio Real de Oz ubicado en la Ciudad Esmeralda que aparece en la famosa novela de fantasía, ‘El Mago de Oz’, escrita por L. Frank Baum en 1940.

Sin embargo, debido a que se quiere de todo ese proceso para ver el olo, es imposible percibirlo de forma natural, así como reproducirlo a través de los métodos hasta ahora conocidos. “No hay forma de representar ese color en un artículo o en un monitor. La cuestión es que este no es el color que vemos, simplemente no lo es. El color que vemos es una versión de él, pero palidece por completo en comparación con la experiencia del olo”, explican en el estudio. De hecho, solo ha sido detectado por cinco personas en todo el mundo.
¿Qué significa olo, el primer color artificial?
Aunque está limitada a la experiencia humana, esta increíble hazaña científica tiene un gran impacto sobre nuestra cosmovisión del mundo. No solo porque reveló que hay muchas existencias invisibles ante los ojos, expandiendo los límites de la realidad (Jacobo Grinberg tenía razón), sino también porque nos permite ver desde otras perspectivas lo que ya conocíamos. Pensemos en el Palacio Real de Oz, por ejemplo: antes solo era un lugar icónico del género narrativo de fantasía, pero ahora ha adquirido un carácter visionario solo por el color con que fue representado.
Ahora bien, ¿por qué “olo”? Los investigadores no explicaron exactamente la razón detrás del nombramiento, pero en términos etimológicos, tiene un par de significados que nos podrían dar una idea. Por un lado, en italiano es un subfijo diminutivo para sustantivos masculinos (ejemplo: "figlio - hijo / "figliolo" - hijo pequeño). Por otra parte, en griego y latín es un prefijo que se escribe con acento grave en la primera letra y significa “todo, completo o total”.
Una interpretación un poco más compleja y al mismo tiempo simple podría ser que se formó tomando las tres letras intermedias de la palabra “color” como una forma de representar que es un tono situado entre nuestras posibilidades conocidas de la visión humana, simbolizando que lo que aún no conocemos se encuentra justo entre lo que vemos todos los días.
Fuente: glamour.mx